Se revuelve la industria del podcast (?)
Reflexiones sobre videopódcast, streamers, YouTube e influencers.
Partamos por un disclaimer. Una industria revuelta no necesariamente es algo negativo. Es un hecho y es una prueba, una vez más, de que los ecosistemas digitales nos obligan a estar en constante transformación y reflexión. Y que debemos ser flexibles. Sí, obviedades que a veces debemos recordar.
Ahora, vamos al tema.
Hace no mucho tiempo, el podcast era solo audio. En Emisor Podcasting, hace un año, de los 35 podcasts que producíamos, apenas unos 5 tenían video. Y eran, de alguna forma, experimentales. Y el fin mayor era poder promocionarlos mejor en redes sociales.
En ese entonces, para ofrecer algo de valor en Instagram, hacíamos un audiogram, que no era más que cortar una parte del podcast, llevarlo a After Effects, ponerle una imagen de fondo y una onda de audio. Seamos honestos: eso nunca funcionó. Fue una forma algo desesperada de intentar ofrecer contenido en redes sociales que están dominadas por el video. El audio competía en desventaja y buscamos formas de ponernos a tono.
Así empezamos a hacer video-podcast. Y desde ese momento pudimos competir en redes sociales. Ya era posible que un extracto de un podcast tuviera un millón de reproducciones en TikTok. Y además, nos abrió un camino maravilloso llamado YouTube.
Pero antes de eso, un detalle no menor. De esa cadena virtuosa de promoción y más canales de distribución quedaban fuera las audioficciones, los documentales y los narrativos de no ficción. En realidad, en un principio, solo entraban los conversacionales. Que sí, tienen mejor consumo, más posibilidades de venta y son los más viralizables. Ya hablaremos de eso en otra entrada de este naciente blog (?).
Y justamente la ficción, no ficción y los narrativos son -¿eran? ¿Serán?- los de mayor valor para esta industria. Valor, digo, en el sentido de que son el verdadero diferenciador en este mercado revuelto. También hablaremos más de eso en otra entrada.
En el momento en que el podcast conversacional -es decir, dos o más personas hablando sobre algo que les pasa sin demasiado foco ni guion- empieza a canibalizar al formato y entra con fuerza al video por las razones ya descritas, esto se empieza a revolver.
En Argentina, con el boom de los canales de streaming como Luzu, Olga, Blendr y más, el caso es otro. Canales de YouTube, que tienen la conducta de una radio (micrófono de radio, audífonos, llamados telefónicos y musicalización) pero se veían, un poco, como canales de televisión, luego sacaban el audio de sus transmisiones y lo pasaban a Spotify como podcast. ¿Era un podcast? Pero claro que no.
Eso si, a la audiencia poco le importan las definiciones. Me gusta o no, me entretiene o no, es fácil de consumir o no. No hay más debate.
Y hago el paralelo con Argentina porque si ponemos a YouTube y Spotify como los grandes depositarios del podcast (o de la entretención en audio), fue en esas plataformas donde se empezó a revolver todo entre podcasters, streamers, youtubers, programas de radio con imagen y, por esta vez, dejemos a la TV fuera.
En Chile, ya nada se llama de una forma muy exacta. Apareció un nuevo canal, July, de Julio César Rodríguez, conductor de televisión con años de experiencia y también conductor de un programa de YouTube (La Junta). ‘Di la Verdad Rosa’, uno de sus programas en ese nuevo canal, se hace llamar podcast. Ok. ‘La Junta’ jamás se ha hecho llamar podcast. ¿Grandes diferencias? La Junta se debe ver sí o sí. O al menos funciona mucho mejor si lo ves. Ok, entonces no es video podcast. Pero July tiene otros programas que son podcast, radio, streaming y show de internet al mismo tiempo. ¿Qué es entonces? Lo que el público quiere que sea y tenga más a la mano.
Otros como El Sentido del Humor, también disponible como podcast, sí utilizan mucho la imagen como recurso. Entonces, ¿es video podcast? No. O no siempre. Y así pasa también con Media Semana, y muchos más.
¿Cuál es entonces el problema de este revoltijo de formatos? Que las marcas -la publicidad- tienen recursos limitados. Y cuando el podcast ya se estaba transformando en algo atractivo a lo que destinarle recursos, varios actores se metieron a buscar esos mismos presupuestos de marketing. La torta no es más grande. Solo habemos más personas queriendo una parte.
Y el podcast, si quiere seguir siendo podcast, tiene que ponerse papista en algunas cosas. Se debe poder escuchar sin ver sí o sí. Esa es la máxima de las normas. Los costos de producción deben ser atendibles. No porque un conductor de TV haga ‘podcast’ en un estudio de TV todos tendremos que gastar lo mismo. Parte del valor del podcasting, para hacerlo y auspiciarlo, es que es más barato. Si no seguimos esa regla, solo estaremos haciendo TV de baja calidad. Porque nunca llegaremos a esos presupuestos. Y no los necesitamos. Laura Ubaté también reflexionó sobre esto. Y yo conversé con Martin Seid en Almacén de Podcast también sobre lo mismo.
¿Qué hacemos entonces con la no ficción, con la audioficción, con el audio documental? Bueno, tengamos una línea de ingresos -conversacional y video podcast- que nos permita crear contenidos de valor sin que tengamos que hacerlos vendibles. Y hagamos que sean algo realmente diferenciador del podcast. Eugenio Viñas, editor creativo de Podium Podcast España, contó en Almacén de Podcast cómo logró hacer un documental en audio porque parte de las fuentes no querían aparecer en cámara. Aprovechemos las ventajas que nos da el audio. Es más fácil -y barato- andar por la calle con una Tascam que con una Sony Alpha 7 III.
El mercado -la industria- está revuelto. Generalmente, después de algo así, todo tiende a calmarse y tomar su lugar. Luego vendrá otro factor que agite las aguas del podcast/audio/video podcast. ¿Qué te hace ganar? El contenido. Siempre. Uno que sea de calidad, que haga sentido a las audiencias, que genere valor para las marcas, que sea atractivo. En un mundo donde peleamos por la atención de las personas -3 segundos o menos-, gana el que llame mejor y más la atención.
He estado pensando en todo esto durante los últimos días, y tu texto me ha puesto todas las ideas en orden.
He estado pensando en todo esto durante los últimos días, y tu texto me ha puesto todas las ideas en orden.